viernes, 14 de febrero de 2014

CULTURA - MULTICULTURALIDAD - IDENTIDAD - DISCRIMINACIÓN

Lic. María Rosario Carrasco Patzi
Este es un balance de la cuestión (estado del arte) que bien puede ayudar a futuros trabajos sobre Cultura, Multiculturalidad y Discriminación, que nos lleva analizar estudios realizados en distintos contextos.

El diccionario de Sociología de Luciano Gallino (1995) se refiere a la Cultura como un patrimonio intelectual y material, casi siempre heterogéneo pero a veces relativamente integrado otras veces, antagonista, durable pero sujeto a continuas transformaciones de ritmo variable de acuerdo con la naturaleza de sus elementos y de las épocas, constituido por: valores, normas, definiciones, lenguajes, símbolos, señas, modelos de comportamiento, técnicas mentales y corporales. Asimismo, el diccionario de Sociología de los autores Acebo y Brie (2006) indican que la cultura esta constituida por todos los objetos materiales y elementos no materiales creados por el hombre en tanto sujeto histórico (lenguaje, creencias, usos, costumbres, conocimientos, normas, valores, símbolos. De igual manera los autores Bobbio y Mateucci en el Diccionario de Política (1988) se refieren a la Cultura política como un conjunto de actitudes, normas y creencias compartidas mas o menos ampliamente por los miembros de una determinada unidad social y que tienen como objeto fenómenos políticos. Asimismo consideran que no se debe cometer el error de creer que la Cultura política es algo homogéneo, por el contrario, una sociedad esta constituida por un conjunto de subculturas, o sea de actitudes, normas y valores diversos que frecuentemente se oponen entre si.

En lo que se refiere a la Multiculturalidad, el trabajo realizado por Manuel Castells (1992) La Ciudad Multicultural hace un análisis sobre nuestro mundo el cual es étnica y culturalmente diverso y las ciudades concentran y expresan dicha diversidad. Frente a la homogeneidad afirmada e impuesta por el Estado a lo largo de la historia, la mayoría de las sociedades civiles se han constituido históricamente a partir de una multiplicidad de etnias y culturas que han resistido generalmente las presiones burocráticas hacia la normalización cultural y la limpieza étnica. Incluso en sociedades, como la japonesa o la española, étnicamente muy homogéneas, las diferencias culturales regionales (o nacionales, en el caso español), marcan territorialmente tradiciones y formas de vida específicas, que se reflejan en patrones de comportamiento diversos y, a veces, en tensiones y conflictos interculturales. [1] Asimismo, Manuel Castells con el autor Jordi Borda (1996) relatan que la aceleración del proceso de urbanización en el mundo se debe en buena medida al incremento de las migraciones rural-urbanas, frecuentemente debidas a la expulsión de mano de obra de la agricultura por la modernización de la misma, siendo asimismo consecuencia de los procesos de industrialización y de crecimiento de la economía informal en las áreas metropolitanas de los países en desarrollo. 

También, Manuel Castells (1974) dice que la Multiculturalidad en América Latina,  se debe a que las formaciones sociales antes de la colonia fueron destruidas físicamente o desintegradas socialmente, surgiendo, entonces, nuevas sociedades constituidas a partir de éste impacto, éstas nacieron y se desarrollaron bajo el signo de la dependencia, sin apenas presentar particularidades relativas a la estructura social preexistente como en el caso de Asia.[2] La historia del desarrollo económico y social en América Latina, y por tanto de su relación al espacio, es la historia de los diversos tipos y formas de dependencia por las que sucesivamente se fueron organizando sus sociedades. Lo que hace complejo el problema es el que en una situación concreta, la coyuntura urbana no exprese sólo la relación de dependencia presente, sino las supervivencias de otros sistemas de dependencia así como su modo de articulación. 

En cuanto a las diferencias culturales en las ciudades, Manuel Castells, en su obra: La Ciudad y Las Masas, (1986) profundiza en la comprensión de las reacciones entre las ciudades y el cambio social; asimismo realiza un análisis de las comunidades de Castilla de 1520, el movimiento urbano de Madrid, el final de la era franquista y América Latina. Concibe a la ciudad como un producto social resultante de intereses y valores sociales en pugna y precisa a los movimientos sociales urbanos como movilizaciones populares capaces de transformar la estructura urbana, donde estos movimientos surgen de las demandas centradas en el consumo colectivo, de la defensa de la identidad cultural asociada a un territorio concreto, y a la movilización política en relación con el gobierno local [3]. Además, este autor, en su Trilogía: La Edad de la Información,  establece que la interacción entre la sociedad de la información, la energía de la identidad y los movimientos sociales define nuestro mundo, es por esto que sus obras se denominan una trilogía, donde el primer libro habla del nuevo sistema tecnoeconómico, en el segundo sobre la tendencia actual de movimientos y políticas sociales que se adaptan o resisten la nueva sociedad de la red y en el tercer libro da el resultado de estos dos temas conjuncionados en uno solo, donde expresa la transformación macro del mundo.

Actualmente, la Multiculturalidad en América Latina desde las practicas culturales hegemónicas es analizada desde el punto de vista de los autores Lopez y Kuper (1999) que indican que la situación  pese a los acelerados procesos de aculturación y al avance de un sistema educativo uniformizador en los territorios indígenas,  las lenguas autóctonas son idiomas de uso predominante, la persistencia de lo indígena es tal que su presencia es no sólo innegable sino incluso más obvia que antes. Tal situación ha determinado que un número creciente de países reconozca su carácter multiétnico y haga alusión a la deuda histórica que tiene frente a las primeras naciones que poblaron el continente y sobre cuyo sojuzgamiento se constituyeron los actuales Estados nacionales. Eso ha determinado que ahora las constituciones de por lo menos once países (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay, Perú y Venezuela) reconozcan y acepten su pluri o multiculturalidad y que algunos, como en el caso ecuatoriano, dejen incluso traslucir el carácter «multinacional» del país. A estos se suman otros cuatro (Chile, El Salvador, Honduras y Panamá) que, con disposiciones de menor rango, reconocen también tales derechos y, entre ellos, el relativo a una educación diferenciada.

Otro autor de fama mundial que estudia a la sociedad y sus relaciones culturales Pierre Bourdieu, (1997) cuyas obras le han convertido ya en un clásico de la sociología contemporánea, manifiesta que la sociedad es un sistema relacional de diferencias en el que se dan una serie de campos con sus reglas de juego particulares, describe el espacio social global como un campo de fuerzas, cuya necesidad se impone a los agentes que se han adentrado en él, y como un campo de luchas dentro del cual los agentes se enfrentan, con medios y fines diferenciados según su posición en la estructura del campo de fuerzas, contribuyendo de este modo a conservar o a transformar su estructura. Es en esos campos de fuerzas, en los que se desarrollan los conflictos específicos entre los agentes involucrados. La educación, la burocracia, los intelectuales, el religioso, el científico, el del arte, etc. son campos específicos, es decir, estructurados conforme a esos conflictos característicos en los que se enfrentan diversas visiones que luchan por imponerse. [4]

Tambien hay autores Latinoamericanos que analizan la problemática Cultural desde perspectivas diversas uno de estos casos es la investigación realizada por Francisco Sagasti (1999) que se refiere a las corrientes culturales de carácter hegemónico y que en la época moderna conllevan hacia la Globalización, indica que las sociedades se vuelven interdependientes en todos los aspectos de su vida, política, económica y cultural, y el alcance de tales interdependencias significa global. La humanidad abarca a toda la gente que vive en el globo. Hoy podemos hablar de una estructura global de la política, de la economía, de las relaciones culturales, que va más allá de cualquiera de los límites tradicionales y que conecta sociedades separadas en un único sistema, sostiene que este fenómeno comenzó con el descubrimiento de América.[5]

Otras investigaciones sobre este tema es la de Jacques Delors (1996) en ese sentido se refiere a la globalización cultural, y sus serios contrastes, por un lado la homogeneización, propuesta por los medios de comunicación, por el otro, el surgimiento de los nacionalismos y la necesidad creciente del individuo, para aferrase a lo propio, a lo que le da identidad.

En el campo educativo, el cambio de los paradigmas mundiales, y la sociedad del conocimiento, plantea a la educación un gran desafío, según Juan Carlos Tedesco (1995) y es la de formar jóvenes, y comunidades con nuevas competencias, y habilidades necesarias, para enfrentar con éxito, un mundo cada vez más competitivo, de no seguir la dinámica globalizante, el desempleo, la marginación social, y la criminalidad, son sus consecuencias más previsibles y conocidas. 

En nuestro contexto, Xavier Albó se refiere a la Interculturalidad como un conjunto de actitudes y relaciones de las personas o grupos humanos de una cultura con referencia a otro grupo cultural, a sus miembros o a sus rasgos y productos culturales. De ahí también puede referirse a otras construcciones y estructuras simbólicas y sociales que reflejan esta diferencia cultural.

En lo referente a la Identidad, el diccionario de Sociología de los autores Acebo y Brie (2006) indican que el término identidad es retomado por la psicología social actual, para designar la continuidad de la conciencia de sí mismo  del individuo, esta conciencia se sostiene a través de los roles sociales que se asumen y del reconocimiento social del sujeto. La identidad se forma durante la pubertad y la adolescencia, periodos en que el individuo elige y asume roles para su vida futura. Esta tarea se realiza por la integración de elementos conscientes y subconscientes (cualidades, necesidades, etc.) con frecuencia  conflictivos. La no integración de esos múltiples elementos puede generar crisis a las que se denomina “difusión de identidad” y que llevan a la perdida de identidad o de la propia imagen. Asimismo, Xavier Albó (2002) se refiere a la identidad como una vivencia de ser y sentirse uno mismo/a. Sentirse miembro de un determinado grupo social. Una misma persona puede identificarse con diversos grupos sociales, bajo un determinado aspecto, pero al mismo tiempo diferenciarse de éstos o de otros, bajo otro aspecto.

Siguiendo esta línea de investigación, están los trabajos sobre Globalización Cultural, al respecto Xavier Albó (2002) se refiere al término de Globalización, como un proceso contemporáneo de articulación de todas las sociedades humanas y de sus formas de vida. Se ha iniciado en el ámbito de la economía, las comunicaciones y la informática y va teniendo repercusiones en todos los demás. Aunque actualmente se expande sobre todo de los centros de poder hacia la periferia, difundiendo sus estilos e intereses, no implica necesariamente la uniformización. Para que el proceso genere equidad y formas solidarias de convivencia hay que fortalecer una globalización alternativa desde las realidades y culturas locales, periféricas y subordinadas, hacia el centro, con rasgos necesariamente interculturales y otras expresiones de pluralismo. 

También están los trabajos del Padre Gregorio Iriarte (2005) sobre la Globalización, en los que señala que del fenómeno globalizador, no hay nada que salvar, la globalización es algo intrinsecamente malo y perverso, porque la globalización no es otra cosa que el inmenso poder del capital transnacional, implantado a nivel mundial, gracias a los avances de las nuevas y poderosas tecnologías, en su obra la Globalización, el Neoliberalismo y la Postmodernidad trata de las características y alternativas ante el riesgo de la globalización. Está también, José Luis Rebellato (1999)  en su obra La globalización y su impacto educativo – cultural en donde se refiere a los modelos neoliberales y su capacidad de moldear el imaginario social, la vida social, la vida cotidiana, los valores que orientan nuestros comportamientos en la sociedad. Más aún la cultura de la globalización con hegemonía neoliberal está produciendo nuevas subjetividades. 

En cuanto a la Discriminación, el Diccionario de Sociología de los autores Acebo y Brie (2006) indican que es un trato injusto y desigual para con determinado individuo, grupo o categoría social. Por lo general el comportamiento discriminatorio parte de individuos o grupos pertenecientes a la cultura dominante. Muchas veces se vincula con las minorías, es un fenómeno a consecuencia de prejuicios y de actitudes etnocéntricas los cuales no solo están vinculados a aspectos raciales y étnicos, sino también a la edad y al género. Asimismo, el Diccionario de sociología de Henry Pratt (Segunda edición en español 1997) se refiere a la discriminación social como el trato desigual a grupos, esta no consiste en la diferenciación como tal, sino en la validez general del canon de admisión en el grupo propio en la forma en que aquel se define por su elemento predominante. También,  con la temática sobre discriminación racial, étnica y educación intercultural se encuentra el trabajo de investigación de Mario Yapu (2004) que dice que en Bolivia al igual que otros países latinoamericanos, probablemente, el surgimiento de los movimientos sociales, en los últimos quince años, ha tenido matices de contenido étnico, los conflictos que emanan de ellos no pueden explicarse únicamente bajo categorías “clasistas”, sería necesario introducir variables étnicas y culturales, por cuanto la misma Constitución Política del Estado deja establecido el carácter pluricultural y multiétnico del país.

Dentro de la  Realidad Boliviana otras investigaciones sobre las practicas culturales homogenizantes se encuentra el trabajo: Descolonización en la Educación, es una compilación realizada por el CEBIAE (2006) que puede ayudarnos a aclarar algunos conceptos y categorías pertenecientes a construcciones teóricas diversas por ejemplo: Historia, Educación y Colonización. Institucionalidad y prácticas educativas colonizadoras. Acciones ideológicas en la educación colonizadora. Y Paradigmas para una educación Descolonizadora. Otra obra que refleja la realidad educativa es: Educación, Reforma o Revolución, compilación realizada por el editor Rolando Barral Zegarra (2002) en donde a través de diferentes autores toca temáticas relacionadas con: Las historias de las Reformas Educativas en los Andes, Globalización y Educación, Filosofía de la Reforma Educativa, La Interculturalidad, una nueva estrategia de asimilación monocultural y ¿Para qué sirven nuestros colegios? entre otros temas. Siguiendo la misma perspectiva se encuentra José Antonio Mc Gregor (1999) con su obra Identidades en la Globalización y política Cultural.

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS


[1] Carlos Alonso Zaldívar y Manuel Castells (1992) "España, fin de siglo", Madrid: Alianza Editorial 1992.
[2] LA CUESTION URBANA. CASTELLS, Manuel. Siglo XXI, Editores S.A. 1974
[3] LA CIUDAD Y LAS MASAS. CASTELLS, Manuel. Alianza Editorial S.A. Madrid, 1986
[4] PIERRE  BORDIEU, Razones  prácticas. Sobre la teoría de la acción,
Barcelona, Anagrama, 1997, 233 pp
[5] Sagasti, Francisco Raúl. Los Desafíos de un Orden Global Fracturado: Una interpretación desde América Latina, en Política Internacional, Revista de la Academia Diplomática del Perú, número 55, Lima, 1999, pagina 110.